Ya ha nacido, con la humildad de quien solo pretende encender una pequeña llama, de quien solo pretende marcar un pequeño sendero que nos va a permitir transitar por esta fascinante aventura, que es la vida.

Pretende invitarnos a todos a despertar, a que nuestras propias conciencias sean sabedoras de los múltiples caminos que el humanismo nos permite abordar.

No pretende guiar, mejor aún, su única pretensión es que cada uno de nosotros tengamos la posibilidad de conocernos un poquito más, de desarrollar en nosotros mismos aquellas actividades que nos pueden permitir aprender, vivir, experimentar e interiorizar conocimientos que nos permitan poco a poco a ayudarnos a sentirnos mejor.

Entendemos que en este gran mundo por el que transitamos, cada uno de nosotros tenemos algo que decir, algo que aportar; con nuestro propio ser genuino, con nuestra propia forma de sentir y expresarnos. Debemos de involucrarnos en aquello que nos dignifique, en aquello que nos haga crecer. Todos somos un pedazo hermoso de este mundo, un tipo de diamante a pulir, y en ello consiste la búsqueda tanta veces descrita. No en viajar a lugares inhóspitos, tampoco en conocer muchas cosas, ideologías o gentes; sino en algo más simple, aunque no por ello fácil: en conocernos a nosotros mismos, en descubrirnos íntimamente.